La religiosidad, el patrimonio y el turismo como identidad de un pueblo. La embajada de España ante la Santa Sede acogió ayer un acto académico con la Semana Santa de Valladolid y de Medina de Rioseco como protagonistas.
El cardenal monseñor Carlos Amigo Vallejo y el profesor José Luis Alonso Ponga expusieron los parabienes de una arraigada tradición, «valorada tanto o más por su sentido estético como por los sentimientos de varias generaciones de oriundos». El embajador, Francisco Vázquez Vázquez, auspició un acto que, además, significó el último de su mandato al frente de la embajada y cuyas celebraciones procesionales calificó como «una de las Semana Santa más de la Iglesia, de las más hermosas de la fe». Asimismo, tuvo entrañables palabras de afecto para el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, quien presidió junto a su homólogo riosecano, Artemio Domínguez, la delegación. El político español habló de la misma manera de la piedad de los vallisoletanos como «ejemplar y austera», «un verdadero museo en la calle donde miles de personas acuden a asomar su fe».