Valladolid Cofrade Semana Santa de Valladolid 2024

santoentierro 

Iglesia conventual del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana.

Valladolid, jueves 25 de noviembre de 2010 a las 12,30 horas

 

Se cumple en este año de 2010  el 75 aniversario de dos circunstancias de honda repercusión para la Cofradía del Santo Entierro. Se conmemora la primera salida procesional, desde la clausura del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, de la sagrada imagen del Cristo yacente de Gregorio Fernández alumbrado por la Cofradía del Santo Entierro y el establecimiento de su sede canónica al cobijo de las reverendas madres cistercienses del citado Monasterio.

La cofradía del Santo Entierro de Valladolid se creó en 1930 por iniciativa del arzobispo Gandásegui para alumbrar el espléndido grupo procesional de El Entierro de Cristo, depositado en aquel entonces en el Museo de Santa Cruz, aunque por accidentados avatares sólo fue procesionado en la Semana Santa de 1931.  En 1935, al reanudarse tras el parón de los primeros años de la II República  las procesiones, ante la negativa de la Dirección del Museo a que el grupo de Juan de Juni saliera en procesión, las reverendas madres cistercienses del Real Monasterio dieron todo tipo de facilidades para que los cofrades procesionaran y expusieran a veneración pública un yacente prácticamente desconocido pero que en poco tiempo se convirtió en una de las imágenes más apreciadas de la semana santa vallisoletana. Comenzaba así una fructífera y fraternal colaboración entre la comunidad de religiosas y la cofradía, que aún hoy continúa. De esta forma, fue la primera cofradía en establecer su sede en un Monasterio de clausura.

Para conmemorar ambos acontecimientos, además de otros actos de carácter interno, en Cabildo General Ordinario la cofradía acordó acometer la tarea de editar un libro en el que se recogiera su historia, la del propio monasterio que le sirve de sede y la de la comunidad de religiosas que le habita, así como un estudio de las dos imágenes que desde su fundación  han sido alumbradas por los cofrades, el grupo de El Entierro de Juni y el conocido como “cristo yacente de Santa Ana”.

La cofradía y la comunidad de religiosas agradecen la deferencia que D. Teófanes Egido López, Cronista Oficial de la Ciudad de Valladolid, ha tenido al elaborar el prefacio del libro en el que con certera precisión y delicada pluma ubica las cofradías en general y ésta en particular en su momento histórico.

La autoría del libro corresponde a dos cofrades e historiadores de generaciones distintas que con ilusión y paciencia han indagado en muy diversas fuentes para  acometer la tarea de la forma más documentada posible.

Fernando Martín Pérez  desgrana la historia de los ochenta años de vida de la cofradía, sus orígenes, las relaciones con la comunidad de religiosas, las diversas carrozas que han portado la imagen del Cristo yacente, la evolución de sus  cultos y procesiones, todo lo cual no es más que una forma de analizar la evolución de la religiosidad popular de las que las cofradías forman parte.

Andrés Álvarez Vicente realiza un detallado y documentado estudio histórico de la creación del Monasterio en la localidad palentina de Perales, su traslado a Valladolid, la construcción -bajo el patronazgo real- del actual Monasterio, la repercusión de la desamortización en la vida monacal. Analiza también de forma muy pormenorizada la riqueza patrimonial del Monasterio, tanto la que se puede admirar en el Museo como en la depositada en la zona de clausura, deteniéndose especialmente en las obras de Goya, de Bayeu, la Dolorosa de Pedro de Mena, la espléndida colección de niños Jesús de la pasión, la serie de pintura italiana y las pequeñas imágenes de devoción. El libro concluye con un estudio del grupo escultórico de El Santo Entierro de Juni y una documentadísima monografía sobre la talla del Cristo yacente, en la que se reafirma, con documentación y argumentos técnicos y científicos, la autoría del insigne imaginero Gregorio Fernández.

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