Valladolid Cofrade Semana Santa de Valladolid 2024

Glosa y Datos técnicos del Cartel de la Semana Santa de Valladolid 2023

DATOS TÉCNICOS

Por el Autor: Luis Alfonso Urdiales

Os dejo aquí la fotografía tal cual salió de la cámara y la fotografía cómo se presentó una vez editada, junto a los datos técnicos tanto de la toma de la fotografía como de la edición realizada.

La fotografía se realizó buscando conscientemente el encuadre de la estatua de José Zorrilla lo más cercana posible a la imagen de la Virgen. Dado que mi pulso es bastante malo siempre disparo en ráfaga para intentar que alguna de las fotografías de la ráfaga no esté trepidada. En este caso se trata de la fotografía central de una ráfaga de 3 con el mismo encuadre.

Datos técnicos fotografía Cartel:
Cámara: Sony Alfa A7 II (ILCE-7M2)
Objetivo: Sony FE 24-240 F3.5-6.3 OSS (SEL24240)
Fecha y hora captura: 15/04/2022 21:25:42
Datos de Exposición:
Modo Exposición: Manual
Velocidad: 1/50 s
Apertura: f/6.3
ISO: ISO 3200
Medición ponderada al centro
Flash: NO
Distancia focal: 157 mm
Tamaño de imagen 24 Mpx (4000x6000)
Resolución 300 ppp

Edición realizada: Todos los ajustes han sido aplicados de forma global a toda la fotografía, no se ha realizado ningún tipo de edición zonal.
Exposición +1.03
Altas luces: -75
Sombras: +45
Balance de Blanco: (Ajustado como automático en la cámara y no modificado)
Kelvin 3113
Tinte 9.1
Enfoque:
Cantidad: 160
Radio: 0.8
Umbral: 1
Reducción de Ruido:
Luminosidad: 65
Detalle: 67
Color: 63

Nuestra Señora de los Dolores
Gregorio Fernández, 1623.
Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz
Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor
15/04/2022 Viernes Santo

Luis Alfonso Urdiales

Fotografía "en bruto" que conforma el Cartel 2023

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GLOSA DEL CARTEL - Por Javier Baladron, Doctor en Historia del Arte 

“Y se pone en marcha, señores, el gran cortejo procesional de los veintitantos pasos; esa colosal representación que, si un día se quemaran todos los libros del Santo Evangelio, bastaría ella sola para que un nuevo Lucas Evangelista describiera otra vez la Pasión de Cristo sin omitir el detalle en sangre en el Huerto de los Olivos…”. Con estas bellas palabras se refería don Marcelo González Martín, Cardenal primado de España, en su Pregón de la Semana Santa de Valladolid de 1955 a la Procesión General que gracias al impulso del Arzobispo Gandásegui había conseguido salir a las calles por primera vez en 1923. Estaba previsto que hubiera sido el año previo pero las lluvias, el enemigo más encarnizado del fervor cofrade y de cuantos amamos nuestra Semana de Pasión, lo habían impedido.

El cartel anunciador de la Semana Santa de 2023 nos traslada al desfile aludido por el Cardenal Marcelo. Tarde-noche del Viernes Santo en la villa de la Esgueva y ciudad del Pisuerga. La Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor avanza por las rúas vallisoletanas. Nuestra Señora de los Dolores de la Vera Cruz acaba de culminar su tránsito por la calle de Santiago y por la Plaza de Zorrilla y se dispone a recibir la admiración y devoción de los fieles y curiosos que se agolpan en la calle de Miguel Íscar.

En la preciosa y equilibrada instantánea captada por el fotógrafo Luis Alfonso Urdiales observamos en primer plano a la Virgen de los Dolores de la Vera Cruz al pie del Sagrado Madero sobre su carroza procesional a ruedas, una exquisita obra en madera consistente en dos pisos ricamente labrados, dorados y policromados, culminados por un humilde trono de cuyas esquinas brotan unas hojas carnosas. La Virgen es transportada por diez de sus hijos, de los que son visibles los dos que tiran de la lanza y otros tres que hacen lo propio desde los varales del paso.

Si dirigimos nuestra mirada a un segundo término vemos contemplar el lento caminar de la Virgen a un impertérrito y férreo José Zorrilla, nuestro poeta y dramaturgo más relevante y autor del inmortal drama romántico Don Juan Tenorio, que con el movimiento de su mano parece saludar y hasta hacer reverencia a la Reina de los Cielos. Cierra la escena, sirviendo de inmejorable telón de fondo, un negro cielo sobre el que resaltan bellamente iluminados los perfiles de la Academia de Caballería, el monumento civil más imponente de la ciudad.

La fotografía es bien significativa si tenemos en cuenta a la protagonista de la misma, la Dolorosa de la Vera Cruz, patrona y principal devoción de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, y también el lugar en el que ha sido tomada, que como señalamos es más o menos el punto de unión entre la Plaza de Zorrilla, la Acera de Recoletos y la calle de Miguel Íscar. Y es que justamente en estos terrenos la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz poseyó su humilladero, construido en 1498 y derribado por los franceses en 1809 en el transcurso de la Guerra de la Independencia con el pretexto, según informa Hilarión Sancho en su Diario de Valladolid, de servir de escondite a los guerrilleros españoles.

Este humilladero, que no dejaba de ser según palabras de don Esteban García Chico un humilde edificio hecho en cal y piedra bien labrada, estaba situado frente al Hospital de la Resurrección. La noticia de su construcción es de suma importancia pues nos aporta la primera noticia acerca de la existencia de la cofradía. Su construcción debió de acaecer a lo largo del año 1498 pues en el mes de marzo los cofrades de la Cruz habían solicitado al Concejo Municipal una ayuda “para hacer el humilladero que se ha de hacer en la Puerta del Campo donde está puesta la Cruz porque la dicha Cofradía y cofrades eran muy pobres”.

Por entonces ni existía la Dolorosa de la Vera Cruz ni el magno templo penitencial que sirve de telón de fondo a nuestra querida calle Platerías.

Por entonces la sede de la cofradía, y asimismo su lugar de fundación, era el Convento de San Francisco y contaba con el citado Humilladero en el que en un retablo se encontraba dispuesto para el culto el Cristo del Humilladero, que por cuestiones cronológicas no es el que actualmente se conserva sino otro que debió desaparecer en el siglo XIX.

El actual Cristo del Humilladero, realizado a mediados del siglo XVI, debe su nombre al hecho de que era llevado allí en procesión, concretamente en las celebradas el Jueves Santo y el día previo a la fiesta de la Cruz de Mayo. Por entonces era la principal devoción de la cofradía. Sin embargo, todo comenzó a cambiar, aunque sin pretenderlo, debido al encargo que realizó la cofradía a Gregorio Fernández en 1623 de un paso procesional de El Descendimiento. El maestro Fernández, a quien la ciudad aún no ha tributado los homenajes merecidos por todo lo bueno que aún hoy nos sigue dando, no solamente creó una de las grandes máquinas procesionales de nuestra Semana Santa, sino que modeló e infundió vida a una de las Vírgenes más queridas de la ciudad, la reina de la Platería.

Poco a poco la Virgen fue ganando fi eles y aumentando su devoción de suerte que en 1745 la cofradía decidió disponerla en el retablo mayor, a los pies del Santo Cristo, y colocarla un trono de espejos, que es el que actualmente conforma el retablo del Cristo. No podemos pasar por alto el hecho de su colocación en el retablo puesto que este fue construido entre 1678-1679 por los ensambladores Antonio Billota y Juan Guerrero para contener en su hornacina principal al Cristo del Humilladero, por entonces llamado Santo Cristo de la Cruz, que fue entronizado tras solemnes fiestas en 1681.

Por entonces la procesión celebrada en Semana Santa por la cofradía el Jueves de la Cena la cerraba el paso del Descendimiento, si bien la devoción hacia la Dolorosa de la Vera Cruz no tardaría por modificar esa planta procesional, Efectivamente, en cabildo celebrado en 1757 la cofradía decidió separarla del grupo procesional del Descendimiento para iniciar su culto independiente como Nuestra Señora de los Dolores de la Vera Cruz. Fue entonces cuando se la dispuso una espada en el corazón y se la otorgó el privilegio de cerrar la procesión de la cofradía “para mayor culto y veneración”, pasando a convertirse en la imagen titular de la Cofradía. Así es como la cofradía y la ciudad ganó una nueva Madre. El paso no se vio afectado puesto que ese mismo año se encargó a un escultor local una copia de la Virgen.

Desde siempre la Dolorosa de la Vera Cruz ha sido alabada por propios y extraños por la belleza y perfección de su hechura. Así, el académico ilustrado Isidoro Bosarte señaló de manera harto poética que: “por lo que hace a la hermosura de la cabeza, si los ángeles del cielo no bajan a hacerla más bella, de mano de hombres no hay más que esperar”. La Dolorosa es pieza de esencial significación por el esmero puesto por el escultor. María se encuentra desfallecida sobre una roca, aunque con las energías necesarias para levantar los brazos, no sabemos si para reclamar el cuerpo de su Hijo o para exclamar el profundo dolor por haberlo perdido. Viste túnica roja, símbolo de la sangre y de la Pasión, manto azul, camisa blanca y doble toca que enmarca un bellísimo rostro cuya afligida mirada se dirige a su Hijo muerto, quizás recordando entonces la profecía del anciano Simeón. Esa expresividad emocional que refleja su rostro también se aprecia en sus crispadas manos.

Este año será muy importante para nuestra querida Semana Santa ya que tendrán lugar una serie de efemérides y celebraciones. Así, para empezar, se cumplirá, como hemos reseñado, el I Centenario de la celebración de la primera Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor.

También se celebrará el 525º aniversario de la datación del primer documento conocido de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, fechado el 16 de marzo de 1498, que como ya hemos visto se refiere a la construcción de un Humilladero en la Puerta del Campo. Asimismo, se celebrará el 400º aniversario de la firma de la carta de obligación según la cual la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz encargó la realización del paso del Descendimiento a Gregorio Fernández, aquel del que nuestro paisano, el rey Felipe IV, dijera que era “el escultor de mayor primor que hay en estos mis reinos”.

Estas dichosas efemérides se ven completadas de manera excepcional gracias a que en este bendito año 2023 será en el que Nuestra Señora de los Dolores, la Señora de la Platería, será por fin coronada canónicamente, imponiéndose por el Excelentísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo una corona diseñada por el platero Antonio Zúñiga Contreras.

No quisiera acabar sin recordar que nuestras cofradías, pues como tal hemos de sentirlas, no como algo lejano sino como algo propio, están repletas de personas comprometidas con su Semana Santa, con sus hermandades y también con los actos litúrgicos y caritativos que se desarrollan dentro de cada una de ellas. Estos últimos, los caritativos, que no siempre trascienden a la población, deben ser puestos en valor, y más en estos tiempos de dificultades, pues demuestran un loable compromiso con las más personas más necesitadas.

Finalizo, ahora sí, con unas palabras del Cardenal Marcelo González en su ya citado pregón de 1955: “Es la mejor Semana Santa de Castilla, dicen. ¿De Castilla sólo? Unos dirán más y otros dirán menos. ¿La mejor Semana Santa? No. No es la mejor. Es… la Semana Santa de Valladolid; esto es bastante”.

 

 VIDEO DE LA PRESENTACIÓN DEL CARTEL EMITIDO EN DIRECTO DESDE EL SALÓN DE RECEPCIONES DEL AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID

TRÍPTICO EDITADO PARA LA PRESENTACIÓN DEL CARTEL:

 

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